
Transporte Público
PLATAFORMAS VACÍAS
El transporte interurbano de Córdoba lleva 15 días paralizados, por un paro por tiempo indeterminado que decidió la Asociación Obrera de la Industria del Transporte Automotor (AOITA), cuya fecha de inicio fue el 13 de abril pasado, pero es incierto el final.
Desde el gremio apuntan a las autoridades de la provincia y al sector empresarial de no dar respuestas y esto hace que la medida, que para algunos fue producto de una mala lectura del conflicto por parte del gremio, no parece tener posibilidades de solución.
“Hoy es el día 15 de un paro impensado y lo peor de todo a nadie le importa” le dijo a GEF Informa Emiliano Gramajo Secretario General de Aoita.
El reclamo de los choferes es concreto y lo cierto es que no cobraron de manera completa el salario de marzo, con el agravante que ya se termina abril y se acumula un mes más.
En AOITA sostienen que los empresarios cobraron los subsidios y no pagaron los sueldos, pero fuentes cercanas al “Panal” aseguran que esos subsidios no alcanzan para pagar la totalidad de los haberes de los trabajadores y abonaron hasta que les alcanzó.
Con el aislamiento por el coronavirus en plena vigencia, las personas que usan los servicios son pocas y además desde los organismos oficiales están desalentando su utilización.
Según esas fuentes gubernamentales, hoy solo un 5% de los pasajeros del transporte interurbano estaría sin poder utilizar el servicio, por lo que el impacto político no es grave y el estado “sobreprotector”, que siempre fue la rueda auxilio en estos conflictos, hoy ya no mete la mano en el bolsillo y no hace más aportes.
Con ese panorama, los empresarios miran para otro lado, ya que si bien hoy no están obteniendo ganancias, tampoco pierden mucho dinero porque los coches siguen inmovilizados y les es más económico que tenerlos en las calles con pocos usuarios abonado el pasaje.
Finalmente se supo que las autoridades provinciales y nacionales están trabajando en un proyecto de cambios en la distribución de futuros subsidios, para tatar de aliviar, una crisis en el sector, que para algunos, será terminal.

