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UN AÑO SIN EL 10
Hoy se cumple un año del fallecimiento de Diego Armando Maradona y en el Museo del Kempes se encuentran valiosos recuerdos maradonianos vinculados con los exfutbolistas cordobeses Oscar “Cocayo” Dertycia y Osvaldo “Pitón” Ardiles. Dos camisetas de cuando el astro argentino jugaba en el Napoli de Italia y un reloj de oro con su nombre, cedidos por Dertycia; una invitación a su casamiento con Claudia Villafañe dirigida a Ardiles; una moneda vendida en todo el mundo con la cara del “Diez” en oportunidad de su cumpleaños 40; y una revista checoslovaca de 1989 con la tapa dedicada al “Pelusa”.
Dertycia es un personaje central de los recuerdos del “Diego” atesorados en el Museo del Kempes en una vitrina dedicada netamente al nacido en Villa Fiorito. Fue él quien se contactó años atrás con Gustavo Farías, director de este espacio cultural de la Agencia Córdoba Deportes (ubicado en el Estadio Mario Alberto Kempes), para que esos objetos fueran exhibidos.
Gran admirador del “talento” y la “generosidad” de Maradona, lo primero que recuerda el exdelantero surgido en Instituto es que se dirigía a él todo el tiempo como “cordobés”. El “Cocayo” rememora que fue rival de Diego en la Liga Italiana y compañero en la Selección Argentina dirigida, en aquel entonces, por Carlos Salvador Bilardo durante la década del ’80.
Las camisetas del 10
En la vitrina exclusiva de Maradona se exponen dos camisetas del Napoli: la número 10 color blanca y la 16 clásica celeste.
Las camisetas tienen historia. Oscar Dertycia cuenta sobre el partido entre Fiorentina y Napoli del 17 de septiembre de 1989, en el estadio San Paolo (rebautizado Diego Armando Maradona), cuando el equipo del astro argentino venció 3 a 2 a la “Fiore” en la quinta fecha del Calcio. Maradona ingresó en el segundo tiempo cuando Napoli perdía 2 a 0 y con él en cancha revirtieron el resultado. El “Cocayo” intercambió su camiseta con la 16 celeste del “Diego” y reconoció: «Eso me hizo feliz, pese a la derrota».
Poco después, el ex goleador de la «Gloria» vivió su peor momento deportivo. Por la Copa Italia, Fiorentina y un Napoli vestido de blanco volvían a enfrentarse el 24 de enero de 1990 en el estadio del Perugia. El partido terminó 1 a 1, con gol de Maradona. En una jugada desafortunada, el “Cocayo” chocó con el “Diez”, se le trabaron los tapones de aluminio, giró la rodilla y se rompió los ligamentos cruzados. Tras casi un año sin alta competencia, recién volvió a jugar el 30 de diciembre de aquel año. Esta situación derivó en una alopecia que lo dejó calvo, además de perderse el Mundial de Italia.
Emocionado, recuerda: “Era miércoles, tuve la mala fortuna de tener un accidente con Diego, única lesión grave de mi carrera profesional; por los nervios y el estrés sufrí alopecia total, por eso tengo este look; terminado el partido fui a saludarlo y le cambié mi camiseta; él sabía que me había lesionado y fue solidario como siempre; me dijo: ‘Cordobés, lo que necesites, estoy a tu disposición y a tu lado para tu rehabilitación’”.
El domingo siguiente Fiorentina y Napoli volvieron a jugar por el campeonato italiano en la ciudad de Florencia. Un día antes el “Cocayo” fue operado. “El lunes 29 a la tarde Maradona fue a verme al hospital; me llevó varias camisetas del Napoli que regalé a médicos y amigos italianos, y un reloj de oro con su firma que se muestra en el museo; ese gesto habla de cómo era”, destacó.
Desde el ’90 tiene en su poder ese reloj. “Nunca lo usé; le comenté a Farías y no dudó en exhibirlo, igual que la moneda de Diego”, expresó. “Tener estos tesoros del fútbol y compartirlos con amigos me hace muy feliz”, agregó.
Farías acotó que las camisetas de Maradona son las perlitas del museo y “están entre los objetos más fotografiados por la gente”. Y añadió: “Tuvieron su transpiración; imagínense que ‘el Diego’ estuvo adentro de estas camisetas”.
Ambos deseaban que Maradona firmara las camisetas que usó en el Napoli, expuestas en el Museo del Kempes. El “Diez” vino por última vez a Córdoba como técnico de Gimnasia de La Plata el 23 de septiembre de 2019. “Fui al vestuario, abracé a Diego, le di la camiseta de Instituto con su nombre y su número 10, y le comenté lo de las camisetas; pero no se dio que fuera al museo a firmarlas”, lamentó el “Cocayo”.
La cábala del reloj
En partidos con la Selección por Eliminatorias Sudamericanas, amistosos y Copa América se había hecho un ritual cabulero que Maradona le entregara a Dertycia su reloj de oro Cartier antes de jugar, para que se lo resguardara. Respetuosamente, el “Cocayo” le devolvía el reloj al finalizar cada partido. “Me lo daba por el cariño que tenía por mí”, confesó. En las eliminatorias para el Mundial de México ’86 le dijo: “Si clasificamos al Mundial, te regalo el reloj”. Con sufrimiento, la clasificación se dio, pero el destino hizo que el reloj no terminara en manos del también exjugador del Cádiz, quien eludió reclamárselo.
Maradona solía pedirle salame de Colonia Caroya al 9 cordobés. “Tenía que llevarle salame no sólo a él, sino también a Ruggeri, Pumpido y el ‘Tata’ Brown”, recordó entre sonrisas.
La admiración de Dertycia por Maradona se remonta a su época de alcanzapelotas, en 1981, cuando jugaba para Boca Juniors. En un partido contra Instituto en el ex-Chateau que ganó el Xeneize 4 a 1, el 8 de noviembre de aquel año, el “Diez” hizo tres goles. “Estaba de alcanzapelotas detrás del arco del Autotrol y le hizo dos goles similares al ‘Loco’ Munutti de sombrerito; tenía 16 años y vi su talento en ese partido; hasta pensé en meterme a la cancha y detener la pelota para que no entrara al arco”, se sinceró el “Cocayo”.
Otra anécdota que habla sobre la personalidad de Diego es de un día que llamó a Dertycia por teléfono y lo convocó a su habitación. El astro usaba botines Puma King, especiales, de cuero de canguro. El “Cocayo”, otros más modestos de la misma marca. «Ese día me regaló cinco pares de botines, cinco de zapatillas, conjuntos y remeras; era generoso con todos, demostrativo, solidario y compañero”, aseguró.