Sociedad
HABLÓ GONZÁLEZ
A un mes del trágico accidente ocurrido en el camino de las Altas Cumbres y que tuvo a Oscar González como protagonista y donde murió una mujer y dos jóvenes quedaron muy heridas, el legislador provincial habló ayer con Radio Verdad de Villa Dolores.
González expresó su punto de vista sobre lo que sucedió ese día y sobre todo lo que se habló después. En primer término, aseguró: «No recuerdo el momento del accidente».
El ex presidente provisorio de la Legislatura de Córdoba dijo que está “atravesando los días más tristes, amargos y aciagos» de su vida y consideró al hecho como una tragedia. Pero se mostró cauto sobre los detalles y señaló que ahora hay que esperar lo que diga la Justicia.
En otro momento de la entrevista, remarcó que siempre trabajó para hacer crecer a Traslasierra y que le cuesta imaginar que eso se vaya a ver truncado “por una tragedia en la que estuve involuntariamente incriminado”.
González habló de los bolsos que llevaba en su auto asegurando que en los mismos sólo «llevaba ropa y un obsequio» que le había dado un amigo.
Por otra parte, el ex presidente de la unicameral enfatizó que nunca se negó a hacerse un análisis de sangre tras el siniestro vial ni a entregar su teléfono celular a la Justicia.
También expresó que es una situación muy difícil para él y que, por ende, imagina que mucho peor debe ser para la familia de las otras víctimas.
“Yo desdichadamente no recuerdo el momento del accidente. Cuando tomé conciencia estaba en el pasto al lado de la banquina. No sé cómo salí del vehículo, si solo o si me sacaron. No tengo memoria de lo que ocurrió”, dijo González.
Y lamentó que haya una persona muerta por esa tragedia: “Hubiera dado mi vida para haber sido yo. Dios ha planteado las cosas de otro modo y ha puesto una cruz en mi espalda que debo sobrellevar”.
Tras esto, abordó todo lo que dijo después. Las acusaciones, las multas, las denuncias por la posesión de los autos secuestrados. El referente de Hacemos por Córdoba planteó que sintió que hubo “un límite muy impreciso entre el Estado de Derecho y el linchamiento”.