Judiciales
PIDEN PERPETUA PARA DOS POR LA MUERTE DE BLAS
Un fiscal pidió que se condene a una pena de prisión perpetua a los dos policías que dispararon y mataron al adolescente Blas Correa (17) la madrugada del 6 de agosto de 2020, cuando la víctima viajaba junto a amigos en un automóvil que recibió seis impactos de bala.
El pedido fue formulado durante su alegato por el fiscal de la Cámara Octava del Crimen de Córdoba Fernando López Villagra y recayó sobre los policías Lucas Damián Gómez (37) y Javier Catriel Alarcón (33), sobre quienes pidió que sean condenados por el delito de «homicidio calificado por sus funciones, por empleo de armas de fuego, y homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado» contra los otros cuatro ocupantes del auto.
«La balacera de los dos uniformados no fue para frenarlos sino para matarlos», dijo con firmeza el fiscal López Villagra antes de pedir la prisión perpetua para los dos principales acusados.
Además, el fiscal agregó: «Seis veces gatillaron, cinco dieron en el blanco. No hace falta que para ser masacre haya 20 víctimas. Tranquilos que no voy a acusarlos de alevosía. No tenemos ninguna duda que esto se debe encuadrar en un contexto de violencia institucional».
En su discurso, y en base a la investigación, aseveró que los policías «dispararon con intención de matar y tuvieron la intención de matar a los otros cuatro chicos».
«Todos los proyectiles fueron de afuera hacia adentro, efectuados por ellos dos sin ninguna duda, no tuvieron ninguna lesión, no corrieron riesgos, fueron totalmente innecesarios los seis disparos, eso que quede claro, y a la escasa distancia que dispararon», siguió.
Durante su alegato, López Villagra acudió al recurso de mostrar imágenes y videos del momento del hecho, en el que dejó evidenciado que el auto en el que se trasladaban los jóvenes no tuvo intención de atropellar a Alarcón, como en su defensa declaró el policía.
Y un momento de angustia se vivió cuando mostró una imagen de la herida que le provocó el balazo que impactó en Blas, dando cuenta del orificio de entrada, por la espalda, y cómo el proyectil quedó alojado dentro de su cuerpo, a la altura del pecho, lo que apreciaba visiblemente en una foto tomada la noche del crimen.
Luego, el fiscal Marcelo Hidalgo comenzó con su parte del alegato en el que acusará a los otros 11 policías que llegaron al debate, aunque antes de las 16 se vio interrumpido debido a la extensión, por lo que se pasó a un cuarto intermedio hasta próximo viernes cuando dará a conocer su pedido de condenas.
Los restantes acusados, todos policías, son Wanda Esquivel, Sergio Alejandro González, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
En esta jornada de alegatos estuvieron presentes los cuatro jóvenes que viajaban en el Fiat Argo que recibió los seis balazos: Cristóbal Bocco Cámara, Mateo Natali, Camila Toci y quien conducía, Juan Cruz Camerano Echevarría (21), quien en ese momento era el único mayor de edad con 18 años, mientras que los restantes tenían 17.
«La sociedad entendió que esto no puede pasar»
Junto a ellos estuvo de manera permanente la mamá de Correas, Soledad Laciar, quien en diálogo con Télam dijo: «La sociedad entendió que esto no puede pasar, yo sola no hubiese logrado nada sino tuviese la compañía ni la empatía de entender que no hace falta que te pase para pedir que las cosas cambien, para mí es el nunca más, y es entre todos».
El próximo viernes 24 continuará el alegato de Hidalgo, se espera el pedido de sentencia, y está previsto el momento de la palabra de los tres abogados querellantes, mientras que el 3, 8, 10, 15 y 17 de marzo será el turno de los abogados defensores, y se espera que a fines de marzo se dicte el veredicto.
El principal acusado dijo que « «No estaba en condiciones de estar en la calle»
Antes de dar inicio a la ronda, pidió la palabra el principal policía acusado, Lucas Damián Gómez, y dijo que él «no estaba en condiciones psicológicas de estar esa noche en la calle». También sostuvo que estaba en «constante alerta y con el arma en la mano».
«En mi declaración como imputado, había dicho que escuché disparos que no sabía de donde provenían, entonces disparé hacia abajo del vehículo. A través del Servicio Penitenciario me brindaron terapias y allí descubrí que lo que escuché o sentí no eran disparos, sino que esa situación me hizo creer que el segundo disparo que efectué en realidad fue el primero», sostuvo Gómez.