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UN ESPIONAJE INTERNO

Foto: Gentileza Infobae.

Sociedad

UN ESPIONAJE INTERNO

La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM) denunció que Nucleoeléctrica Argentina, la operadora de las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, montó un sistema de espionaje sobre sus empleados para evitar que puedan difundir por redes sociales las fallas de funcionamiento, contaminación radiactiva y demás irregularidades de los reactores.

El Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM y premio Nobel Alternativo, calificó de «insólita, ilegal y torpe» la Resolución 344/2020 de NASA y exigió «su inmediata derogación».

Desde la organización aclaran que FUNAM, con base en Córdoba, es una organización no gubernamental que integra el Movimiento Antinuclear de la República Argentina (MARA) y tiene status consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC).

Montenegro agregó que “esa norma formalizó mediante un instrumento legal «espiar lo que escriben e intercambian los empleados de las centrales nucleares en sus sitios de Facebook, otras redes sociales y medios digitales. El sector nuclear de Argentina muestra así no solo su autoritarismo y desprecio por la intimidad de los empleados, sino también un intento desesperado para que no se conozca fuera de las plantas nucleares lo que sucede adentro».

La «sorprendente e impune resolución de NASA busca generar además la autocensura de los trabajadores al hacerles conocer que están vigilados en forma permanente».

Montenegro indicó que NASA «no quiere que otra grave falla de seguridad interna, de las muchas que tiene por ejemplo el obsoleto reactor alemán de Atucha I, sean conocidas públicamente «.

Según expresaron desde FUNAM, la norma aprobada por los directivos de NASA establece un manual de procedimientos y un «Código de Conducta» para ser seguido por los empleados cuando usan privadamente las redes sociales, pero también los medios digitales y tradicionales. NASA teme que los medios gráficos por ejemplo conozcan los niveles de inseguridad de las centrales en operación.

«Asumiéndose como fiscales de las buenas costumbres las autoridades de NASA dejan bien explicitados sus propósitos en la Resolución 344/2020: que no salga información de la empresa –de las centrales nucleares- en especial temas delicados o ‘sensibles socialmente’. Para NASA lo que sea que suceda dentro de las centrales nucleares de potencia debe quedar adentro, no ser difundido», subrayó Montenegro. «Por esta causa –agregó- la norma impide ‘publicar fotos, videos y audios tomados en las instalaciones de Nucleoeléctrica’. La resolución se inscribe así en el tradicional secretismo que ha rodeado a la actividad nuclear de Argentina».

«Insistimos, urge que NASA derogue sin más demora la Resolución 344/2020. Esto evitará que sindicatos, ONGs y asambleas ciudadanas deban acudir a la justicia y a los organismos internacionales», subraya el comunicado de FUNAM.

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